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Nota del editor: Hoy empezamos la semana dando la bienvenida a un nuevo colaborador en nuestro blog.Dioni Nespral (@dioninespral) es Social Business and Digital Innovation Manager en everis. Dioni es experto en Innovación empresarial y estrategia sociodigital. Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Antonio de Nebrija, es además Master EXMBA por el Instituto de Empresa y Master en Gestión Comercial y Dirección de Marketing por ESIC.
El miedo al cambio es universal y existe desde que el mundo es mundo. A nadie le agrada que su entorno se modifique y todos soñamos con la máxima estabilidad posible. Sin embargo, la época que nos ha tocado vivir, está asentada en el cambio permanente y con una particularidad diferencial: la velocidad de cambio es exponencial. Nada transcurre a “nuestra velocidad”, todo discurre de forma dinámica y ciertamente imprevisible. Es el gran reto de nuestra era: vivimos en un mundo cada vez más instantáneo.
Seguro que habremos escuchado a muchos directivos hablar de crecimiento, de mejora, de cambio e incluso de innovación. Lo habremos oído en numerosas ocasiones, pero ¿estamos de veras aprovechando lo mejor de nuestra organización? ¿Estamos obteniendo el máximo potencial de las personas y de los talentos que trabajan con nosotros?. La respuesta es obvia: no. Un No rotundo. El árbol, de nuevo, no nos deja ver el bosque. Y el bosque es inmenso.
En entornos tan dinámicos, se requieren liderazgos con una clara visión y una ordenada administración. Hemos creado fanáticos de la administración perfecta que han ido enterrando y aún lo hacen, visiones distintas que nos permitirían afrontar cambios incrementales. La mezcla visión-administración es más que recomendable, porque nos hemos acostumbrado demasiado a la organización preparada para el “no-cambio” en un mundo de constante caos. Imagino que muchas organizaciones se verán reflejadas en estas palabras y están buscando cómo poder comenzar a cambiar hacia la mejora incremental, el crecimiento, la diversidad y, por qué no, hacia la innovación.
El Social Business emerge como una de las soluciones de mayor calado para alcanzar una mayor velocidad en las compañías. Cuando se vive en un entorno tan conectado, la adaptación es imprescindible y la adopción de soluciones basadas en la filosofía en Red y en tecnología social, son el motor de acción.La velocidad de cambio de las sociedades es cada vez más elevada. Los comportamientos de los usuarios, de los ciudadanos, de los clientes, en definitiva, de las personas, están cambiando a pasos agigantados y esto exige que las organizaciones tengan abiertos puentes de conexión constantes, sean flexibles y dinámicas.
Nace, pues, la organización socioconectada, que debe serlo antes que parecerlo. Debe estar conectada entre sus miembros, debe ser colaborativa, abierta, digital e innovadora. Obviamente en la medida que su mercado le exija. No es lo mismo una empresa de un sector dinámico que otra de un mercado más tradicional y por tanto, con una velocidad de cambio menor. Conocer también la velocidad correcta ayuda a circular de forma más fluida en la carretera empresarial de cada mercado.
Y sí, son las personas. Parece una obviedad, pero el cambio no ocurrirá si no situamos al talento en el centro de nuestras organizaciones. Qué fácil es decirlo y qué complicado ponerlo en práctica. Es lógico que esto ocurra, pues nadie nos ha enseñado a ello. En el centro de la organización siempre debían estar los procesos, las normas, los protocolos, la gestión. Ahora, cuando miramos hacia el interior, y buscamos como impulsar nuestro talento, no sabemos hacerlo, porque debemos situar en el centro elementos diferenciales, no tan predecibles y mucho menos manejables. Pero ese es nuestro reto y la r-evolución pendiente.
El Social Business afecta a la estrategia, la cultura, los procesos, las personas y la tecnología. El impacto de lo social es tan fuerte que alcanza a todos y cada uno de los rincones de la organización, haciendo necesario un modelo de implementación sociodigital único para cada caso.
Las tecnologías sociales junto con la comunicación abierta, horizontal, colaborativa y conectada permiten, al ser utilizadas en la empresa, su adaptación a los procesos tradicionales de la organización, propiciando beneficios tangibles como por ejemplo, la reducción del numero de procesos, la mejora en la atención al cliente, la generación de ideas e innovaciones incrementales, el descubrimiento de talento diferencial o el conocimiento inteligente del comportamiento de los clientes gracias al análisis de su experiencia y el tratamiento de los datos relevantes.
En un principio, los cambios son organizativos y culturales pues la primera gran decisión es mirar hacia dentro y potenciar las estructuras más planas, donde las personas puedan conectarse y comunicarse más fácilmente. Porque la mayoría de las nuevas ideas, las que provocan innovación y permiten además cambios incrementales, vendrán de las personas que integran la organización. Y éstas deben encontrar una autopista que permita su constante y adecuado flujo.
Bienvenido a la próxima revolución. Bienvenido al Social Business.
vía La revolución empresarial se llama Social Business Zyncro Blog: el blog de la empresa 2.0.
Reblogueó esto en capacidadestea.